Pequeños míos hoy vengo a llamarlos a que se acerquen a mi Hijo, a que lo busquen en una adoración profunda y llena de humildad.
Dejen que el sol soberano los abrace con sus rayos de amor, dejen que sea su calor quien derribe las fortalezas que cada uno ha ido construyendo alrededor de si mismos.
No teman quedar desprovistos de ellas, vuestra única roca es mi Hijo en comunión con el Padre y el Espíritu.
Vivan, vivan, vivan este día con vuestra mirada en la eterna vida.
Coloquen a mis queridos sacerdotes a los pies del Santísimo Sacramento, oren por ellos.
Y como Madre de mi querida Iglesia, pidan tener un corazón dispuesto a abrazarla, reconstruirla con la conversión personal de cada día.
Os amo hijitos y estoy junto a mi Hijo adorándolo. Amén. Amén. Amén.
Mensaje dictado a la Sra. Carolina Trezeguet el 24 de Septiembre de 2010.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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